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Travieso hombre finge secuestro para evadir a su esposa e irse de rumba
El hombre, ayudado de sus amigos, orquestó un elaborado plan para escapársele a su esposa. Le salió muy caro.
En las últimas semanas, ha resurgido en Internet una historia insólita que ha generado todo tipo de reacciones. Se trata de un hombre de 35 años de Texas, Estados Unidos, que fingió su propio secuestro para poder disfrutar de un fin de semana de fiesta con sus amigos.
Este elaborado plan, que inicialmente fue concebido para evadir las restricciones impuestas por su esposa, ha provocado risas y reflexiones serias sobre la honestidad en las relaciones matrimoniales.
Según el diario Dallas Morning News, el hombre, cuyo nombre no ha sido revelado, convenció a sus amigos para que participaran en su atrevida estrategia. La trama involucró una escena de secuestro simulada en su propio hogar.
Los amigos ingresaron enmascarados y, aparentemente armados, fingieron un violento secuestro mientras su esposa presenciaba la escena en estado de shock. La desesperada mujer llamó de inmediato a la Policía local, quienes activaron un operativo de búsqueda exhaustivo para localizar al supuesto secuestrado.
“La situación era extremadamente seria debido a la naturaleza del incidente descrito por la esposa”, comentó la sheriff del condado en declaraciones a medios locales. A pesar del despliegue de recursos y esfuerzos, la Policía no logró encontrar pistas sobre el paradero del hombre. Esta falta de evidencia comenzó a sembrar dudas sobre la autenticidad del secuestro.
La verdad salió a la luz unos días después, cuando el hombre reapareció ileso. Inicialmente, trató de sostener la historia de su secuestro, afirmando que había estado retenido en un lugar desconocido. Sin embargo, no pudo soportar la presión y terminó confesando toda la verdad. “Solo quería estar un rato con mis amigos y divertirme”, admitió la supuesta víctima, revelando la broma pesada que no solo causó una gran angustia a su esposa, sino que también movilizó a las autoridades de manera significativa.
El incidente no quedó sin consecuencias. Además de la evidente tensión y posible desconfianza generada en su matrimonio, el hombre enfrentó serias repercusiones legales. Fue multado con más de 1.000 dólares por los recursos policiales malgastados en la falsa alarma. Este acto, que inicialmente fue pensado como una escapatoria para una noche de diversión, resultó en una lección costosa sobre las implicaciones de la deshonestidad.