Locales
Inesperado vendaval destechó a La Playita
El fenómeno climático que sobrevino la tarde del miércoles hizo vivir momentos de pánico a los comerciantes del populoso centro comercial.
Ni la virgen del Carmen, a la que el pasado miércoles homenajearon y veneraron los barranqueños, en especial los transportadores, pudo calmar la bravura de los fuertes vientos que soplaron, luego de que de un momento a otro el cielo se encapotara.
El aguacero se soltó y el viento silbó, las potentes corrientes de aire produjeron daños a su paso, en un corto tiempo, pero contundentes a la hora de generar destrozos en algunos sectores del Puerto Petrolero.
Los que más salieron afectados fueron los inquilinos del centro comercial La Playita, ubicado en la calle 50 con carrera octava, en pleno corazón de Barrancabermeja.
Estas personas, quienes en 2015 pasaron de vender en las calles a formalizar sus unidades productivas en un recinto cerrado, para no invadir el espacio público, vivieron momentos de pánico la tarde del miércoles, cuando los techos de zinc del establecimiento empezaron a trepidar y crujir de manera espantosa.
Los fuertes vientos destecharon varios locales, hicieron volar las láminas, le metieron un gran susto a los 80 comerciantes, que en ese punto de la ciudad ofrecen sus productos.
Uno de los más afectados fue el señor Rafael Paternina, quien es propietario de una cafetería en La Playita.
Cuando el vendaval se suscitó se encontraba atendiendo a unas personas, que estaban tomando unas gaseosas.
“Eran como las 4:30 de la tarde cuando el vendaval empezó. El día era radiante, soleado, caluroso, cuando de pronto el cielo se puso gris, grandes nubarrones lo oscurecieron, se cubrió de nubes tormentosas, se encapotó. Sobrevino una borrasca.
“Fueron momentos de mucho susto, tratando de resguardar, primero la vida, la de los clientes y compañeros, y luego los elementos de valor, que se podían averiar con el agua que se estaba colando por el hueco que dejó la voladura de las láminas del techo, como televisores y equipos de sonido, también los comestibles”, narró el comerciante de 57 años, a quien Vanguardia encontró la mañana de ayer aún arreglando el techo que protege de la intemperie su local.
En la misma labor estaban varios de sus compañeros, a quienes incluso les tocó recoger las láminas en un pastizal cercano al centro comercial, a donde fueron a parar.
La ventisca no duró más de 30 minutos, el viento amainó, luego llovió, el susto pasó para los vendedores y clientes de La Playita, también para los ciudadanos que tuvieron que soportar la intempestiva borrasca.