Afsheen Gul es el nombre de una niña pakistaní de 13 años, que cuando tenía tan solo 8 meses sufrió un accidente, en el que se cayó mientras jugaba al aire libre. En ese entonces, sus padres jamás creyeron que dicho accidente fuera para tanto, sin embargo lamentablemente con el tiempo la situación fue empeorando pues su cabeza estaba cada vez más torcida.
A partir del momento de la caída, la niña no pudo volver a mantener la cabeza erguida, durante mucho tiempo ha vivido con un dolor constante, que le ha dificultado comer, ir al baño, caminar y vivir una niñez ‘normal’.
Los trece años que actualmente tiene Afsheen, es el tiempo que ha tenido que vivir con su cabeza torcida a 90 grados, pues desde que sufrió el accidente, los padres no contaron con una situación económica favorable que les permitiese llevar a su hija a un especialista sino a un curandero que le brindó posibilidades casi nulas para su recuperación.
Desde entonces su familia se ha entregado en cuerpo y alma para ayudarla a llevar su vida con una actitud positiva en medio de las adversidades. Sin embargo, su padre murió en el año 2020 de cáncer y ahora su familia depende del sueldo de su hermano , que gana alrededor de 80 dólares al año.
No obstante, su situación empezó a cambiar cuando en el año 2016, su historia empezó a recorrer el mundo y se llevó a cabo un recaudo para realizarle una operación que la ayudara a mejorar su calidad de vida. Fue tan solo hasta el 2018 que Afsheen fue trasladada hasta el hospital Apollo en Nueva Delhi, India, donde los médicos le dieron un 50% de posibilidades de supervivencia.
Tras la llegada de la pandemia, el proceso tuvo que detenerse y fue sólo hasta el año pasado, que la niña pudo encontrarse con su médico quien la diagnosticó con dislocación rotatoria atlanto-axial (AARD). Sin embargo, en los últimos 4 meses a la niña le han podido realizar diversos procedimientos entre los que se encuentra una tracción Halo-Gravity que la ayuda a mantener su cuello erguido y que por suerte le ha ayudado a enderezarlo un poco.
Gracias a esto, el pasado 28 de febrero se le pudo hacer una cirugía en la que le unieron su cuello con su columna vertebral, la cual duró un poco más de 6 horas.
“La fusión es la clave del éxito a largo plazo para Afsheen. Aunque la varilla y los tornillos sostienen su cabeza, si no se realiza la fusión ósea, los tornillos eventualmente saldrán, son solo un andamiaje temporal”, expresó el médico encargado del procedimiento.